sábado, 2 de julio de 2011

EL MATRIMONIO.

Con este título quiero hablarte de la preparación mediante el noviazgo para un matrimonio feliz.
EL MATRIMONIO
¿DESEAS CASARTE?
¿DESEAS SER FELIZ EN EL MATRIMONIO?
Hoy los enamorados actúan como si no se prepararan para un futuro. Como si no buscaran sino el placer inmediato, el fuego de la pasión y nada más, a costa de valores grandiosos de las personas y de la ruina moral y espiritual que de allí se sigue.
El tema del matrimonio es muy importante porque LA FAMILIA es la primera célula de la Iglesia  y de la Sociedad. Lo que sea la familia será la sociedad. Si la primera célula está encancerada que será después de todo el organismo social. Para los católicos debe reunir dos requisitos esenciales:
PRIMERO. Que sea constituida según Dios por el Sacramento del Matrimonio. No de unión libre, ni de matrimonio civil, ni de adultero. Debe ser una familia donde todos sus miembros busquen la santidad. Que esté edificada sobre esa roca firme que es Jesucristo.
El nos dice que podemos edificar la casa sobre arena o sobre firme roca. Cuando hacemos una casa sin cimientos, los vientos, la lluvia, las borrascas firme. Mt.7, 24-27  acaban con ella; pero si edificamos sobre firme cimiento la casa permanecerá  También nos dice el Salmo: “Si el Señor no construye la casa en vano  trabajan los constructores, si el Señor no guarda la ciudad en vano vigilan los centinelas” Salmo 127,1-2
Dios en la Biblia nos presenta el modelo de una familia, la Familia Trinitaria: Un solo Dios en tres personas, unidas en una sola esencia: diversidad de personas unidas en una sola naturaleza y un solo amor. Y CUANDO EL hace la primera pareja, la bendice, la une en matrimonio y les dice: dejará el hombre a su padre y a su madre se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne.  Gen. 2, 23-25 .  Cristo dice: lo que Dios unió el hombre no lo separe.  Mat.19, 4-6. Es una unión de un solo hombre con una sola mujer y para toda la vida. Tenemos un modelo de familia en el hogar de  Nazareth Jesús, María y José.
Son personas de carne y hueso como nosotros pero que tenían como centro a Dios. María consagrada a Dios desde su primer uso de razón y José quien también le consagró  a Dios su virginidad.  Y del cual  dice el Espíritu Santo que era un hombre justo, un hombre santo. Y la Virgen María a quien el ángel la saluda como la llena de gracia, el Señor está contigo. Luc. 1,28. Es  decir, el Señor vive en ti. Y el hijo de ese hogar es el mismo Dios hecho hombre. ¿Cómo sería la dicha de aquel hogar? Su centro el mismo Dios, su hogar, el sagrario de la divinidad, su compañía, el Dios encarnado. No habría allí paz, serenidad, alegría ternura, delicadeza en el trato, comprensión y amor y santidad?
Ustedes me dirán: ¿y nosotros cómo podemos llegar allá? Muy sencillo tú eres bautizado, eres hijo de Dios, eres miembro de la Iglesia. Tu vocación primera es la santidad para poder realizarte en tu misión terrena de conocer, amar y servir a Dios en esta vida, y después verle y gozar de El eternamente en el cielo. Si no es esto lo que buscas puedes estar muy equivocado y estar apartado del camino de la felicidad. Sólo Dios la puede dar.

SEGUNDO

Como resultado del primer punto viene el segundo: actuar en consecuencia con tu identidad de cristiano. Vas a preparar un matrimonio santo, porque vas a buscar la felicidad allí donde se encuentra, en el verdadero amor, el cual solo es verdadero si viene de Dios.
La vocación al sacerdocio tiene mínimo 12 años de preparación en el seminario. La religiosa se prepara varios años: Aspirantado, el postulantado, el noviciado, votos solemnes, renovación a los tres años, segunda renovación a los 6 años y es entonces cuando resuelve si sigue o no como religiosa. El matrimonio es tal vez de mayor responsabilidad y consecuencias que la vida religiosa o sacerdotal. Y qué poco interés hay en prepararlo. La mayoría piensa que es solo un paraíso de goces sensuales y por eso no hay preparación como es debido para el matrimonio.
No conoce a la otra persona y ya se ha entregado a ella. Y claro…se vuelven esclavos de sus pasiones, sin respeto, sin responsabilidad, sin amor, sin conocerse. La mujer de ordinario, lleva la peor parte: se vuelve esclava del hombre que la humilla y hace de ella lo que quiere, porque ella busca en él un apoyo para criar los hijos y para sobrevivir.

ENTONCES ¿CÓMO ES LA PREPARACIÓN AL MATRIMONIO?

1 - ORACIÓN AL Espíritu Santo para pedirle sus luces.
2 – Noviazgo lleno de respeto. Dignidad, fidelidad, aprecio.
3 – Dialogar, hacer planes, conocer al otro: su carácter, temperamento, cualidades, defectos, responsabilidad, fidelidad, si se aman o no de la misma manera, si existe buena empatía o no. Conocer la familia del otro y recibir información sobre cómo ha sido en la familia.
4 – Que la otra persona  sea libre: no casad@ ni divorciad@, ni que tenga compromiso con otra mujer u hombre, u otros hijos. Qué esperanza brindará  de tener un buen matrimonio quien lleva ya fracasos en uniones anteriores?
5 – Que sea persona creyente, practicante, buen cristiano. Porque el primer enemigo del matrimonio y el que lo destruye, es el pecado.
6 – La duración del noviazgo debe ser de dos o tres años, nunca menos de un año. Porque debe haber tiempo para saber si da el paso del matrimonio con esa persona o dejan el noviazgo.
7 – Expresarse la verdad. Decirle al otro con claridad sus verdaderos sentimientos. Porque     tras un engaño vine el fracaso después.
8 – No ser una cosa de novios y otra después de casados. Hay personas que me han dicho cuando era novio, era una mielecita, sonrisa, delicadeza, ternura, y después de casado se volvió un ogro que no se puede tratar, incapaz de comunicarse y de dialogar. Que termina en maltratos de todo género.
9 – Debe ser a gusto de los padres. El matrimonio a disgusto trae muy malas consecuencias en el futuro. Ellos guardarán siempre resentimiento… y no contarán con su apoyo en el futuro.
10 – Antes de enamorarse pedir el concepto de sus padres. Ellos tienen más experiencia, conocen las familias, y las personas y pueden aconsejar o desaconsejar una relación, salvo contadas excepciones.
11 – Tener la edad mínimo 18 años cumplidos. Tener definida su situación laboral, porque no se van a casar para vivir debajo de una piedra o de un puente, ni para arregostarse a los padres o suegros, siendo así otra carga para ellos.
12 – Aceptar la preparación en la parroquia tan necesaria para refrescar sus compromisos cristianos que serán la fortaleza de su vida matrimonial.
13 – Que sea un compromiso formal el llevar hasta la muerte el cumplimiento de sus deberes cristianos como la confesión y comunión frecuente, la Misa dominical y la cercanía a la Iglesia.
14 - Que la novia tenga como principio fundamental llegar virgen al altar. Que la mujer aprecie lo que vale su dignidad y no la eche a perder por nada del mundo.
De esta preparación digna, seria, responsable, va a depender la estabilidad del matrimonio católico.
Hoy muchos se preguntan: ¿Por qué fracasan los matrimonios?
Yo les respondo: Porque no tomaron en serio su preparación mediante un noviazgo digno y responsable. Porque no se amaban de igual manera, una persona amaba y le suplicaba a la otra. Porque no fue el amor el único motivo para casarse. Porque se proponía aprovecharse del otro y no dedicarse a hacerlo feliz.
Porque cuando hay verdadero amor cada uno es capaz de sacrificarse por el otro con tal de hacerlo feliz. O será otra cosa: Sería que se olvidaron de Dios, de la oración, del Santo Rosario y de las prácticas cristianas? Habrá entrado la infidelidad, algún vicio, alguna adicción?  Dejaron entrar a Satanás. El sí que hace desastres y destruye los hogares.
Por eso vivir vida Cristiana, vivir para Dios que El se encarga de su felicidad.


 Por:
 Padre Gilberto A. Mendoza V.
Capellán. Hogar San Pedro Claver, Cartagena-Bolivar



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